Esta es la Iglesia “espiritual”, en el piso verás las flores de metal que sugieren el límite que hace años marcaba una antigua iglesia. La tradición cuenta que nuestra Santísima Madre detuvo a San Juan Diego exactamente en este lugar en la última Aparición.

Para identificar este lugar verás una columna de piedra con tres rocas esculpidas que indican que en ese lugar se encontraba el Santo Altar de aquella Capilla de las Rosas. Verás en la parte superior una imagen de piedra de Santa María de Guadalupe.

En esta Capilla espiritual nuestra Madre interceptó a San Juan Diego, le escuchó su llanto y su tristeza ya que su tío estaba enfermo.

En este sitio nuestra Madre:

1.- Le dice a San Juan Diego: “Escucha, ponlo en tu corazón, Hijo mío el menor, que no es nada lo que te espantó, lo que te afligió; que no se perturbe tu rostro, tu corazón; no temas esta enfermedad ni ninguna otra enfermedad, ni cosa punzante y aflictiva.

¿No estoy yo aquí, que tengo el honor y la dicha de ser tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Acaso tienes necesidad de alguna otra cosa?

Que ninguna otra cosa te aflija, que no te inquiete; que no te acongoje la enfermedad de tu tío, porque de ella no morirá por ahora, ten por cierto que ya sanó.” (Nican Mopohua v. 119 y 120)

Nuestra Madre nos acogió como Madre y le concedió a San Juan Diego las promesas que Ella había ofrecido: (a) Presentarnos a su hijo, (b) escuchar nuestro llanto, tristeza y desesperación, y (c) remediarlo.

2.- Posteriormente Santa Maria le dijo:

“Sube, tú el más pequeño de mis hijos, a la cumbre del cerrito y allí donde tú me viste y donde te di mi mandato; allí verás extendidas flores variadas: córtalas, reúnelas, ponlas todas juntas: luego baja en seguida; tráelas aquí, a mi presencia.” (Nican Mopohua v. 125 y 126)

Nuestra Santísima Madre le dió las rosas que serian la señal a entregar al Obispo.

3.- En este lugar nuestra Señora le dió a San Juan Diego Su absoluta confianza.

Oren por los necesitados, por los que no creen. Continúa por el camino hacia la Capilla del Pocito.